JOHNNIE WALKER BLACK 1 L

JOHNNIE WALKER BLACK 1 L

Con sus orígenes en la década de 1870, el Old Special Whisky, JOHNNIE WALKER BLACK LABEL, se convirtió sencillamente en BLACK LABEL en 1909. Los expertos lo consideran el whisky escocés deluxe por excelencia, el referente de calidad en el mundo del whisky.

35,50€

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Cada botella de BLACK LABEL pasa por un periodo de dos décadas de planificación. El líquido se obtiene en las mejores destilerías de Escocia, siendo envejecido en barricas de la mejor calidad. Cada whisky es envejecido de un modo ligeramente diferente debido a las características específicas de la madera, el clima y el lugar. La habilidad de los Maestros Destiladores consiste en lograr mezclar estos whiskies en uno que ofrezca un extraordinario abanico de sabores. Tanto el constante esfuerzo por alcanzar la calidad como su estilo propio, han contribuido a que BLACK LABEL haya logrado numerosos premios. En la actualidad, esta mezcla sigue siendo tan rica y suave como en la época en que los hijos y nietos de John Walker eran Maestros Destiladores. De él se ha dicho, «una obra maestra, el David de Miguel Ángel del arte de destilar, el mejor de los mejores en su categoría», según Charles Maclean, articulista experto en whisky, y «el Savoy, el Everest de los whiskies deluxe», según Jim Murray, autor de La Biblia del Whisky. BLACK LABEL conserva la autenticidad de su autor y en la actualidad supera en ventas a cualquier otra marca de whisky escocés deluxe en todo el mundo. Que haya superado la prueba del tiempo demuestra el espíritu emprendedor y la pericia de la familia Walker. JOHNNIE WALKER disfruta del privilegio de tener un acceso exclusivo a los mejores whiskies escoceses, desde los potentes maltas de la costa Oeste hasta los sabores más sutiles de la costa Este. BLACK LABEL utiliza todos estos aromas para crear una mezcla única con un carácter suave, profundo y complejo. Se puede disfrutar solo, con un chorrito de agua, con o sin gas, o con soda o ginger ale como trago largo. Los orígenes de JOHNNIE WALKER BLACK LABEL se remontan a 1857, cuando el hijo de John Walker Alexander se hizo cargo del negocio. Percatándose del potencial sin explotar que tenían las geniales mezclas de su padre, Alexander se centró en la expansión comercial del whisky. Obtuvo su inspiración del estilo ahumado que caracterizaba las obras de su padre. Y en 1867 registró ‘Old Highland Whisky’, el precursor del actual JOHNNIE WALKER BLACK LABEL. En 1889, John Walker & Sons tenían negocios en Londres, Sydney y París, y agentes de distribución en Sudáfrica, América e India. En aquel periodo, pocas marcas contaban con una distribución tan amplia. En la década de 1890, Alexander II y George, los nietos de John Walker, dirigían el negocio. Ateniéndose al espíritu innovador de sus antepasados y al principio de producir whisky de gran calidad, labraron un nuevo porvenir, buscando otros caminos para conseguir nuevos y mayores éxitos comerciales. Con una visión empresarial adelantada a su tiempo, los hermanos comprendieron la importancia de crear una marca fácilmente reconocible. La característica etiqueta negra ladeada fue la clave y, tres años después, en 1909, las palabras ‘BLACK LABEL’ aparecieron por primera vez en la botella. .