21.000 dólares por una botella de vino francés de 1987
El lujo ya no solamente es una cuestión de dinero. Atrás dejamos los años en los que se adquieren productos por una cuestión meramente económica; ahora, la ostentación se ha convertido en un fetichismo más y el coleccionismo en la consecución lógica de esta idolatría.
El color, el aroma, el sabor…todos son componentes imprescindibles para valorar como artístico un producto tan exclusivo como el vino. La enología ha dejado de ser un mero conocimiento de una disciplina para convertirse en una nueva rama del arte en la que se trata con un producto de alta sofisticación.
El pasado mayo, la casa de subastas Sarachaga (Buenos Aires) subastó ocho lotes de vinos de alta gama. Entre los productos se encontraban vinos franceses, húngaros y argentinos provenientes de la cava privada de un coleccionista francés. Los precios, que partieron de los 3800 dólares por lote (en su mayoría compuestos por una botella), acabaron alcanzando los 21.000 dólares.
Durante el transcurso de la subasta hubo muchas pujas provenientes de compradores con un perfil en su mayoría de jóvenes empresarios, en quienes se apreció, según señala Juan Nelson “un interés genuino en la adquisición de vinos con precios elevados”.
A pesar de que fueron ocho los lotes que salieron a subasta, el auténtico ganador de la jornada fue el Romanee-Conti La Tache 1987, que se llegó a adquirir por la suma de 21.000 dólares.
Entre el resto de productos, que no desmerecen al ganador, se encontraban vinos como Petrus Grand Vin 1979: 20.600 dólares, Château Margaux Grand Vin 1996: 8.800 dólares, Château Mouton Rothschild 1990: 5.000 dólares, Château Haut Brion 1990: 11.000 dólares, Château Lafite 1996: 16.500 dólares, Royal Tokaji Aszu: 10.500 dólares y el Catena Zapata Estiba Reservada 1990: 12.400 dólares. Sin embargo, fue el maravilloso Romanee-Conti La Tache 1987 el vino más cotizado de la subast .
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